dissabte, 30 d’abril del 2011

Patrícia Heras, ni oblit, ni perdó....

retre un homenatge a Patrícia Heras... la imatge és del final de la manifestació, amb la crema de torxes sota la mirada de............
bé, ni oblit ni perdó.


rendir un homenaje a Patrícia Heras, ni olvido, ni perdón...la imagen es del final de la manifestación, con la quemada de antorchas bajo la mirada de.........
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prestar homenagem a Patrícia Heras, nem esquecer, nem perdoar...a imagem é o fim do evento, com as tochas a arder sob olhar de....da polícia.

dimarts, 26 d’abril del 2011

Traducció de l'article de la Directa

NEOCOLONIALISMO CON EL VISTO BUENO DE LA ONU

José Luis Gordillo
(Centre Delàs d’Estudis per la Pau de Justícia i Pau)

Los defensores de buena fe de los bombardeos de la OTAN en Libia sostienen que, a diferencia de la invasión de Irak, en este caso la ONU ha autorizado varias medidas políticas, económicas y militares que son, en lo esencial, legítimas y necesarias para alcanzar una paz justa en este país. A la vista del contenido de las resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad, cabe preguntarse si estas personas saben lo que dicen cuando califican de legítimas las medidas adoptadas.
La Resolución 1970 decreta un embargo de armas a toda Libia que debe administrar un Comité de Sanciones directamente dependiente del Consejo de Seguridad de la ONU, es decir, de las grandes potencias. El embargo se impone a toda Libia y, en consecuencia, debería de afectar por igual a los dos bandos de la guerra civil en curso, pero la misma resolución otorga a este comité la potestad de autorizar la entrada de armas a Libia si así lo considera oportuno. Dado que la intervención occidental se produjo en el momento de mayor debilidad de la oposición a Gadafi, la posibilidad de que ésta llegue algún día a Trípoli depende ahora de las armas, asesoramiento y entrenamiento militar proporcionados, supervisados ​​y / o controlados por las potencias occidentales. Por una simple cuestión de poder, lo que los convierte en una fuerza subordinada a los proyectos de los países de la OTAN. El futuro político-militar que les espera será similar, por lo tanto, el de la guerrilla kurda en Irak, el ELK en Kosovo o la Alianza del Norte en Afganistán.
Tal vez los rebeldes consigan derribar a Gadafi con la ayuda de la OTAN, pero lo que está fuera de su alcance es hacer efectivo el principio de la libre determinación del pueblo libio. En la Resolución 1970 se decreta la congelación de los activos situados en el extranjero propiedad
de Gadafi, su familia y algunos altos cargos de su régimen, pero en la Resolución 1973 esta congelación se extiende a todos los bienes controlados por las autoridades libias designadas por dicho Comité de Sanciones. Los activos en cuestión no son poca cosa. Estamos hablando
de acciones, fondos de inversión y otros recursos económicos valorados en unos 75.000 millones de dólares. Estos recursos son necesarios, directa o indirectamente, para poder explotar el petróleo y el gas de Libia. Si Gadafi es derrocado, se estará ante un vacío de poder
que hará imposible que la población de Libia se beneficie de ellos.
Lo que cabe esperar en este caso es la imposición de un protectorado transitorio, controlado por la OTAN, hasta que en Libia haya un gobierno reconocido como legítimo por las grandes potencias. Para conseguir eso las nuevas autoridades libias deberían plegarse a sus exigencias. Si Libia se parte en dos Estados, como parece probable, la situación aún será más complicada porque cuál de las dos nuevas entidades políticas deberá heredar los bienes congelados? En
cualquier caso, en este supuesto también se impondrá un protectorado que puede durar décadas, hasta que algún Tribunal Internacional resuelva la inmensa maraña jurídica provocada por la partición del país.
Mientras tanto, las empresas petroleras occidentales y los gobiernos a su servicio harán, desharán y enredarán todo lo que quieran.

En el
siglo XIX, se le llamaba colonia a un país que sufría una intervención extranjera de estas características.